Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 7 de enero de 2022

AHORA LO HACE TODO EL MUNDO

 


—¿Me prometes que dejarás de hacerlo?

   —¿Leer cosas de internet?

   —Me da igual lo que leas. Pero cuando tú y yo nos comuniquemos, quiero que sea directamente. Tú me escribes a mí y yo te escribo a ti. Tú me haces preguntas y yo te las contesto. Y dejas de recibir noticias mías a través de terceros.

   —Pero, Mercer, diriges un negocio. Necesitas participar en la red. Esos son tus clientes, y es así como se expresan y como sabes que te está yendo bien.

   Por la mente de Mae revoloteaba media docena de herramientas del Círculo que ella sabía que lo ayudarían a él en su empresa. Pero Mercer era un tipo sin éxito. Un tipo sin éxito que se las apañaba para llevarlo con arrogancia.


   —Pero es que no es verdad, Mae. No es verdad. Yo sé que tengo éxito si vendo lámparas. Si la gente me las encarga y yo las fabrico y ellos me las pagan. Si tienen algo que decir después, me pueden llamar o escribirme. O sea, todas esas cosas en las que tú trabajas no son más que cotilleos. Es gente hablando de otra gente a sus espaldas. Eso es la gran mayoría de las redes sociales, las reseñas, los comentarios y tal. Vuestras herramientas han elevado los cotilleos, los rumores y las conjeturas al nivel de la comunicación válida de masas, y además, es para putos pringaos.

   Mae soltó aire por la nariz.

   —Me encanta cuando haces eso —dijo él—. ¿Significa que no tienes respuesta? Mira, hace veinte años no molaba demasiado llevar reloj con calculadora, ¿verdad? Y pasarte todo el día encerrado en casa jugando con tu reloj calculadora indicaba muy a las claras que no te iba muy bien en la vida social. Y juicios del tipo «Me gusta» y «No me gusta» y las sonrisitas y las caritas enfadadas se limitaban al primer año de la secundaria. Alguien te escribía una notita que decía: «¿Te gustan los unicornios y las pegatinas?». Y tú decías: «¡Sí, me gustan los unicornios y las pegatinas! ¡Sonrisa!». Ese rollo. Pero ya no solo lo hacen los chavales de primero de instituto, ahora lo hace todo el mundo, y a veces me da la impresión de que he entrado en una zona invertida, en un mundo-espejo donde los rollos más pringaos del mundo se han vuelto completamente dominantes. El mundo se ha vuelto pringao.

DAVE EGGERS - "El Círculo" - (2013)

Imágenes: Sarang Bhagat

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.