Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 31 de mayo de 2019

LOS POBRES SIEMPRE HACEN LO QUE LES DA LA GANA





—Los pobres siempre hacen lo que les da la gana —les abrió por fin los ojos la abuela—. No son como nosotros, no sienten ninguna necesidad de gastar dinero en educación, en colegios o en ropa de buen gusto. A ellos les da lo mismo vivir de cualquier manera. Lo poco que tienen se lo gastan todo en caprichos. Nosotros somos más sensibles, no podemos comer con los dedos. La gente bien necesitamos vivir con decencia: tenemos una responsabilidad. A ellos en cambio les da lo mismo. Por eso siempre les sobra el dinero para sus vicios.





   Les informó también de que, a la puerta de las chabolas, había cochazos aparcados, hasta Mercedes-Benz. Y aquellas chapas de uralita todas tenían su antena de televisión.

   —Como les da igual poner visillos que no, al final lo dilapidan en caprichos.

   Había pobres y ricos, los niños ya lo sabían. Ellos eran de clase media, a la que pertenecía casi todo el mundo. Fuera de la clase media, en las tinieblas exteriores, sólo había palacios y chabolas, y en ambos lugares había un Mercedes-Benz aparcado a la puerta.





 La clase media era inmensa, acogedora y abrigada. Cabían todos: los trabajadores decentes, los ingenieros, los médicos, los empresarios, las viudas, los pensionistas y el Consejo de Ministros en pleno. Con decir que hasta el Caudillo cenaba sopa y empanadillas, como el resto de la clase media. Y las sentencias de muerte las firmaba en una mesa camilla, nada de escritorios Segundo Imperio. Había pequeñas diferencias, cómo no, pero era más lo que les mantenía unidos formando una gran familia. Como en las ventanillas de los trenes, resultaba peligroso asomarse al exterior. Fuera, más allá de la inmensa clase media, sólo había aristocracia decadente y obreros resentidos, príncipes y mendigos, visones y harapos. Ahí fuera no compartían los valores del conjunto de la sociedad, que era la clase media: su sentido de la decencia, su espíritu emprendedor, su fe en el trabajo honrado, su capacidad de esfuerzo y su arraigada costumbre de apagar la luz al salir de una habitación. Ese era el tejido que mantenía unido al país: la sufrida clase media, «cuanto queda de amor y de unidad».

RAFAEL REIG - "Todo está perdonado" - (2011)



Imágenes: Denis Sarazhin

viernes, 24 de mayo de 2019

LA ESTACIÓN MÁS BONITA DE TODAS



—Es la estación más bonita de todas —comenta el padre Juan Borobia—. Es el milagro de la química, cojones. La naturaleza empeñada en emborracharnos, para que dejemos de dominar nuestras conductas y seamos menos civilizados durante unas horas. El vino, con sus millones de putos matices, con el refinamiento, con sus enólogos y sus ingenieros y sus catadores… ¿No es paradójico que algo tan civilizado sirva para ser menos civilizados cuando lo bebemos? Pues no, no lo es, no es paradójico. Lo más civilizado de este mundo es renunciar un rato a la civilización, porque el aburrimiento es propio de la civilización: el hombre se aburre. Se aburre y al aburrimiento hay que ponerle freno. El vino sirve para eso, hostias, para escapar de nosotros mismos. Ese es el motivo por el que la vendimia pone nervioso a todo dios. Mire usted a esos hombres que corren a un lado y a otro con capazos, con muestras, con tractores… ¿Ha visto sus caras? ¿Se imagina esas caras si estuvieran recogiendo alcachofa? Ni de coña.



La fermentación es la mejor broma de la naturaleza. Es el chiste de la Creación, ese con el que nadie puede evitar reírse. El mejor milagro de Cristo fue convertir el agua en vino en las Bodas de Cana. Yo creo que fue de sus primeros milagros porque quería guardar distancias con las obras de su Padre desde el principio, ¿entienden? Un cambio de imagen. Porque Cristo sabía que lo de Job y lo de Sodoma y lo del Diluvio eran cosas que no habían tenido ni puta gracia, y necesitaba darle un aire nuevo a todo el tinglado. Así que, ¿qué hizo? Pues lo que hace todo el mundo cuando quiere demostrar que va de buenas: invitarse a unas rondas. ¿Cuál habría sido su carta de presentación, si no? Hola, soy Jesús, mi padre es una paloma genocida y mi madre es virgen. Imagine la cara que le habrían puesto. Sin embargo: Hola, soy Jesús, acabo de convertir la piscina en una cuba de vino, mi padre es una paloma genocida y mi madre es virgen. Coño, suena distinto, ¿no? Porque parecen las palabras de un borracho. Menos aburridas, más voluptuosas, más alegres. ¿Por qué? Joder, pues por el vino. El vino revienta cualquier ecuación. ¡Pare usted, mi teniente! ¡Pare usted, y bebamos unos vinos! ¡Yo invito, me cago en la puta!

FRANCISCO BESCÓS - "El porqué del color rojo" - (2018)



Imágenes: Juan Dorado

viernes, 17 de mayo de 2019

LO MÍO NO ES






Lo mío no es
crear belleza.
Lo mío es
aderezar
esta fuerza
que me corroe.

No se trata
de crear belleza.
Se trata
de discutir con ella.

De apostar
por la más fea
pero que sea
la que más sorprenda.

¡Sorpresa, sorpresa!
Libérate de tu delicadeza
y acude a llenar mi cabeza
de fantasías aseadas,
animadas
y descortezadas.




Que sea como corresponde
sobre la brisa alterada.
Otra más me responde
y se convierte en mi amada.

Leyendas tercas
que esconden
la miseria desenfrenada:
los misterios rotos,
remotos...

Esplendoroso
el ardor de la batalla.
Batalla estética
que lanza
tremendos gritos,
fenomenales trampas.

Audaces sonidos
que se rompen
si se proclaman.
Los árboles enemistados
sucumben a tus miradas.




Déspota del amor
no juegues más con tu alma.
Ármate de valor
y valora el derrame:
la sangre se te escapa,
se derrama
por tus sienes amargas.
Defiende tu postura
y aclara tu garganta.

Lo mío no es
crear belleza,
es presentar
las estampas,
las malditas estampas.

Presentar
las credenciales
para eludir la batalla.
Apuesta por tus palabras
y deja que salgan,
que inunden la estratosfera.

Esas son tus armas
y no pueden superarlas.


Imágenes: Kyle Thompson
10-05-08



viernes, 10 de mayo de 2019

POR RAZONES QUE DESCONOZCO







Por razones que desconozco
llegué a este planeta noble.
Elegí para nacer
a una familia humilde
pero con inquietudes.

Mi padre me fue arrancado
cuando más falta me hacía:
sólo tenía doce años.
Mis hermanos me ayudaron
(yo era el más pequeño)
y mi madre, buena pero sin letras,
hizo todo lo que pudo
y sufrió con mi adolescencia.

Me metí en cuevas oscuras
y me perdí en sus recovecos
por razones que no vienen a cuento.
Salir fue un trabajo ímprobo
de años, decepciones e incongruencias.

A veces, regreso a ellas:
aturdido, desorientado, desencajado.
Sólo sus umbrales me derrotan
y nado contra corriente
para volver a la luz,
por razones que ahora no importan.

Y aquí me mantengo varado,
aunque mi espíritu
vuele libre
por mundos bellos e ignotos,
por razones que desconozco.


Imágenes: Arseniy Semyonov
21/08/2010


viernes, 3 de mayo de 2019

JFK Y EL FUKÚ






¿Quieren una respuesta final a la pregunta de la Comisión Warren sobre quién mató a JFK? Dejen que yo, su humilde Observador, les revele de una vez y por todas la Sagrada y Única Verdad: no fue la mafia, ni LBJ, ni el fantasma de la fokin Marilyn Monroe. Ni extraterrestres, la KGB o algún pistolero solitario. No fueron los hermanos Hunt de Texas, ni Lee Harvey, ni la Comisión Trilateral. Fue Trujillo; fue el fukú. ¿De dónde coño piensan que viene la supuesta Maldición de los Kennedy?





¿Y Vietnam? ¿Por qué creen que el país más poderoso del mundo perdió su primera guerra contra un país tercermundista como Vietnam? Por Dios, mi gente, por Dios. Quizá resulte interesante el hecho de que mientras Estados Unidos se involucraba más en Vietnam, LBJ pusiera en marcha la invasión ilegal a la República Dominicana (el 24 de mayo de 1965). (Santo Domingo fue Irak antes de que Irak fuera Irak.) Resultó ser un éxito militar aplastante para Estados Unidos, y muchas de las mismas unidades y equipos de inteligencia que participaron en la «democratización» de Santo Domingo fueron enviados de inmediato a Saigón. ¿Y qué crees tú que llevaban esos soldados, técnicos y espías con ellos, en sus mochilas, en las maletas, en los bolsillos de las camisas, en los pelitos de la nariz, en el barro de las suelas de sus zapatos? Apenas un regalito de mi pueblo, una pequeña revancha por una guerra injusta. Fue así, mi gente. Fukú.

JUNOT DÍAZ - "La maravillosa vida breve de Óscar Wao" - (2007)




Imágenes: Vu Cong Dien