Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 3 de noviembre de 2023

NO SABÍA QUÉ HACER CON LA PLATA

   


Por la noche, se levanta un viento inesperado que nos alivia. En el patio, con una cerveza que se va entibiando de a poco, Iris me cuenta historias de serpientes. Su tía Lena se volvió rica de golpe, con la perestroika, cuando su marido empezó a bailar en petróleo, así dice Iris y yo no puedo dejar de imaginármelos chorreando pasta negra en una disco, en el medio de la pista. Lena, que siempre había sido una obrera, no sabía qué hacer con la plata. Se aburría. Primero le agarró una obsesión con los tatuajes y se hizo como cien. Por todas partes, brazos, piernas, espalda. Hasta en el culo, dice y se ríe fuerte. Después se puso a coleccionar mascotas, de las convencionales, como chihuahuas, gatos siameses, hámsters, pero también exóticas, tarántulas, ranas y pitones. ¿Pitones? Sí, sí. Alguna vez Iris acompañó a su tía Lena a una feria en las afueras de Moscú, un barrio para pobres, así dice, a comprar ratones. Tres o cuatro, según el tamaño, que ella misma, la tía Lena, ataba con hilo, cola con cabeza, para que la pitón no se complicara al momento de devorárselos. A medida que fue creciendo, el bicho se volvió voraz. Entonces, no para ahorrar, sino por comodidad, la tía Lena optó por montar un criadero de ratas en el lavadero del departamento, uno de los más lujosos de Moscú. Oyendo a Iris se me viene a la cabeza Esteban y pienso que la próxima vez que lo vea le voy a sacar el tema. Me cuesta creer que en el zoológico alimenten a los animales con ratas. Pero puede ser.



   Con la anécdota de la tía Lena persiguiendo a la serpiente por las escaleras del edificio, Iris despliega una faceta que no le conocía, de gran histrionismo. Parece que en un descuido de la empleada, la pitón se escapó del departamento. Que la tía Lena fue golpeando piso por piso las puertas de los vecinos, todos ricos como ella, empresarios, artistas, mafiosos, diplomáticos, y cuando llegó a la planta baja, en un recodo de la escalera, la encontró retorcida a punto de ser atacada por el encargado con un hacha. Que Lena le pegó un empujón al hombre y se abrazó a su mascota cobijándola debajo de su piyama de seda y que una mujer se desmayó ahí mismo. Lena pidió disculpas y se metió en el ascensor. Izviní, izviní, repite Iris imitando a su tía y sale al trote por el pasillo que da al patio con un repasador metido debajo de la camisa como una serpiente imaginaria. Vuelve sacudiendo la cabeza y remata la historia con una carcajada con mocos igual a un rugido de oso.

IOSI HAVILIO - "Paraísos" - (2012)


Intérpretes: Zoe Keller

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