Desapegos y otras ocupaciones.

lunes, 6 de diciembre de 2021

ZOOLOGÍA FANTÁSTICA

 


   Hacía un par de semanas que la dirección de la revista pensaba que hiciera un reportaje acerca del llamado chupacabras, existente en el norte como se decía, hasta que tomé la decisión de aceptar el encargo, pues, conforme a los datos, era difícil tragarse que hubiera un animal así, propio de las falsas creencias que a veces nos envuelven. Chile no deja de ser un país, a pesar de su escepticismo, proclive a los grandes engaños, aunque también a otros menores, como era éste desde luego, pero que tal vez algo significaba en el alma nacional, una rareza a los ojos de la gente, como en el pasado fuera la existencia de andarines o de bandidos en el sur. Aprovechando en el ámbito personal que estaba solo, tras separarme de la perra de mi mujer, de la cual no deseaba saber más, abatido por su comportamiento, no tuve inconveniente en asumir la investigación periodística y, antes de viajar ilusionado con el cambio de escenario, dediqué unas tardes a revisar las noticias al respecto aparecidas en la prensa, sobre todo de provincia, aparte de averiguar en las redes sociales, concluyendo que los sucesos principales que implicaban al chupacabras se originaban en la región de Copiapó adentro, en lugares más o menos cercanos a pueblos como Lleumo y Tierra Amarilla. Las referencias que surgían, entrevistados diversos supuestos testigos, casi todos campesinos, algunos mineros, resultaban difíciles de aceptar, producto de cierta inclinación a la zoología fantástica o a una imaginación afecta a la ufología, de acuerdo a las imágenes que se proyectaban del chupacabras, siendo sus víctimas preferidas, como además señalaban, los animales de corral de distintas parcelas de cultivo, atacados por unos colmillos y garras que no perdonaban. No constituían, sin embargo, unas jaurías de perros salvajes propias del desierto, sino como explicaban unas criaturas de piernas largas a semejanza del avestruz, pelones de lomo, acompañadas de un agudo pico de varios centímetros, si bien al comparar esas semblanzas aparecían diferencias, junto también a su identidad desconocida, acerca de la cual alguien de importancia científica, ligado a un centro astronómico próximo a La Serena, había señalado tiempo atrás de que era el producto de una experiencia fallida de la NASA, escapada de su control la naturaleza genética que se creara.

GERMÁN MARÍN - "Tierra Amarilla" - (2014)


Imágenes: Tomás Sánchez

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