Desapegos y otras ocupaciones.

miércoles, 10 de enero de 2024

DECÍA QUE EL CUERPO HUMANO TIENE DIEZ SENTIDOS


Celia se despierta confundida y alarmada. No es por haber dormido en una cama del pasado, sino porque ha vuelto a soñar con las lluvias torrenciales. Siente la necesidad de contárselo a Rosario. La calle Delicias estaba completamente inundada y el agua comenzaba a entrar por su ventana. Lo ha pasado muy mal. Necesitaba salir del piso, quién sabe si por la misma ventana, sin levantarse de la cama, navegando sobre las aguas, pero no podía moverse de ninguna manera, ni siquiera para gritar pidiendo auxilio.

   —La conciencia de que estaba soñando era lo que me impedía huir del peligro. Si hubiera estado despierta, no habría tenido miedo. Me habría subido escaleras arriba hacia el tejado o incluso habría saltado al agua desde mi ventana. El problema era que la lluvia me había sorprendido en sueños, dormida, sin poder mover los dedos de los pies.

   Rosario no comprende.

   —Solo ha sido un mal sueño —dice quitándole importancia con la mano—. ¿Sabe lo que hacía mi papá cuando soñaba con algo malo?

   Celia la escucha con atención.

   —Escribía el sueño en una hoja de papel con todo lujo de detalles y luego la quemaba. Decía que el fuego es capaz de quemar cualquier cosa, hasta lo que no existe.

   —Es una buena idea.

   —Le gustaba mucho escribir. Anotaba todo lo que se le ocurría en una libreta, como hace usted.

   —Yo lo hago para que no se me olvide —matiza Celia.

   —Él también. Decía que la memoria es el sentido más frágil del cuerpo humano y cada noche dedicaba unos minutos a describir cuidadosamente lo que había hecho durante el día. Luego, cuando tenía un rato libre, leía sus libretas del pasado y era capaz de recordarlo todo.



   Celia se peina el cabello con las dos manos a la vez.

   —La memoria no es un sentido del cuerpo humano —dice.

   —Él creía que sí —insiste Rosario—. Decía que el cuerpo humano tiene diez sentidos.

   —¿Tantos?

   —Los cinco conocidos más el equilibrio, la imaginación, la capacidad de soñar, la memoria y el olvido.

   —La memoria y el olvido deberían ser el mismo sentido, ¿no crees?

   —Son cosas distintas aunque están interconectadas, más o menos como el olfato y el gusto.

   Celia emite un lamento.

   —Ojalá hubiera anotado en un diario todo lo que me iba sucediendo a lo largo de la vida.

   —Ya lo hizo, ¿no es cierto? —dice Rosario consultando su reloj de pulsera—. Escribió usted sus artículos y sus libros.

   —No es lo mismo. Mis libros no hablan de mí.

   —¿De qué hablan?

   —De la actualidad.

   —Entonces hablan de la actualidad vista por usted.

JOAQUÍN BERGES - "Una sola palabra" - (2017)


Imágenes: Michiel de Boer

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