Desapegos y otras ocupaciones.

jueves, 13 de octubre de 2022

CUENTOS MALVADOS


El agua 12

Se llenó los bolsillos de piedras para ahogarse y no regresar jamás, y caminó dentro del mar. Imaginaba que estaría lleno de ahogados, y voces, y sirenas de cabellos enloquecidos, y jóvenes suicidas con poemas en las manos. Pero sólo encontró oscuridad, soledad eterna y silencio.

(...) Ángeles 3

De pronto se giró porque creía escuchar pasos tras él. La calle solitaria estaba desierta. De nuevo se volvió; nadie. Sintió miedo. Apretó el paso. Entonces le golpearon en la cabeza, cayó al suelo, y antes de morir vio cómo el humano al que debía custodiar le arrancaba las alas entumecidas.

(...) Ángeles 10

Sonaron las trompetas y despertaron de la muerte a innumerables almas, que regresaron a sus cuerpos rotos y heridos y a la vida, rezongando y protestando, porque aquellos simulacros nunca conducían a nada.

 (...) Ángeles 12

Esto es el infierno, la libertad absoluta y sin castigos, y por eso asusta a las pobres almas sensatas y bien pensantes, y por eso morimos de aburrimiento con nuestros uniformes rojos y con colas por los cuales renunciamos a nuestras alas, nuestras alas, nuestras alas…

 (...) Voces 7

Las voces le habían torturado aullando en su cabeza desde que era una niña. Ingresó en el sanatorio, pero las voces no se fueron. Decidió atravesarse los oídos con un punzón. Las voces la acogieron con algarabía, zumbando a su alrededor y ella lloraba. Era una de ellas y no las oía.

(...) Arañas y mariposas 2

Las mariposas se acercan y yo escondo mi cabeza entre las manos, aterrada, con el aleteo insidioso y multicolor en mis oídos cansados, apretada contra el muro; y sé que no hay escapatoria, que las mariposas están ahí y no se irán, y tras eso ya no hay nada más.



 (...) Arañas y mariposas 8

Era muy hermosa, pero sólo le interesaban las flores. Harta de rechazar admiradores, se casó. Enviudó joven, y volvió a casarse. Cuando envejeció, casada por cuarta vez, descubrió que tenía arrugas y que ya no le molestaban los hombres. Entonces dejó de matarlos. El guano era, al fin y al cabo, mejor abono.

(...) El espejo 9

Se parecían a los espejos, y se alimentaban de luz. Brillaban y reflejaban el mundo como ellos, y los limpiábamos y nos gustaban; pero no eran espejos. No sabíamos lo que eran. Y nos miraban, nos reflejaban y sonreían.

 (...) El espejo 12

Tras el espejo roto apareció la mitad de un mapa con tesoro. Rompieron el resto de los espejos. No encontraron nada, salvo un increíble número de años de mala suerte. Escondidas al otro lado del cristal, las voces se reían y celebraban la broma.

 (...) Los cuentos 5

El día había sido caluroso, y ella tenía los pies hinchados. Llorosa e impotente, vio cómo el príncipe dejaba la casa y se desposaba con una criada llena de mugre. Demasiado tarde recordó el otro zapatito que aún guardaba, y del cual no volvió a hablar jamás.

 Los cuentos 6

En la noche de bodas el príncipe descubrió que ella no era virgen. La princesa no se creyó obligada a dar ningún tipo de explicaciones. Al fin y al cabo, ¿a quién le importaba lo que hubiera ocurrido hacía ciento dos años?

(...) Dentro del laberinto 3

Al llegar al centro del laberinto y encontrarlo vacío, se sentó a meditar. Desesperado por su fracaso, resolvió darse muerte. Cuando la sangre llegó a la entrada, el pueblo gimió afligido y aterrado ante una víctima más que no lograba acabar con el monstruo del laberinto.

 ESPIDO FREIRE - "Cuentos malvados" - (2003)


Imágenes: Daniel Bilodeau

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.