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domingo, 7 de julio de 2024

EL AMOR SE PARECE MUCHO AL ODIO


 

Yo, querido, no creo en un amor de todos hacia todos. El amor es limitado. Una persona puede amar a cinco hombres y mujeres, tal vez a diez, a veces incluso a quince. Y eso, solo muy de vez en cuando. Pero si llega alguien y me dice que él ama a todo el tercer mundo, o que ama a Latinoamérica, o que ama al sexo femenino, eso no es amor, sino retórica. Palabrería. Eslóganes. No hemos nacido para amar a más de un pequeño puñado de personas. El amor es algo íntimo, extraño y lleno de contradicciones, pues muchas veces amamos a alguien por amor propio, por egoísmo, por codicia, por deseo físico, por deseo de dominar al amado y esclavizarlo, o al contrario, por el placer de ser esclavizados por el objeto de nuestro amor, y además, el amor se parece mucho al odio y está más cerca de él de lo que la mayoría de las personas imaginan. Por ejemplo, cuando amas a alguien u odias a alguien, en ambos casos ardes constantemente en deseos de saber dónde está, con quién está a cada instante, si se encuentra bien o mal, qué hace, qué piensa, qué teme. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?. Eso dijo el profeta Jeremías. Thomas Mann escribió en alguna parte que el odio no es más que amor al que se le ha añadido el signo matemático de menos. Los celos son la prueba de que el amor se parece al odio, pues en los celos se mezclan el amor y el odio. En el Cantar de los Cantares, en un mismo versículo, se nos dice que «fuerte como la muerte es el amor, duros como el sepulcro los celos».
AMOS OZ - "Judas" - (2014)

Imágenes: Erkin Demir

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