Desapegos y otras ocupaciones.

domingo, 11 de febrero de 2024

TESTIMONIOS


TESTIMONIO 004


   Limpiarlos no entraña dificultad. Creo que el grande emite una especie de arrullo, ¿o es una sensación mía? ¿A lo mejor no coincide con lo que vosotros pensáis? Desconozco si es ese el propósito, pero parece del sexo femenino, ¿no? Las cuerdas son largas, tejidas con fibras azules y plateadas. La mantienen suspendida mediante un arnés que parece de becerro en el que destacan pespuntes blancos. ¿O no es así la piel de los terneros? Nunca he visto uno. De su abdomen sale un… ¿cómo llamarlo?, sí, ¿un esqueje filamentoso? Se tarda bastante más tiempo en limpiar este que el resto. Yo suelo utilizar un cepillo pequeño. Un día me encontré con que había puesto un huevo. Si se me permite decirlo, en mi opinión no deberíais tenerla constantemente suspendida. El huevo se rompió al caer. Su contenido viscoso descansaba bajo ella, y también el cabo deshilachado del esqueje se veía abajo en el líquido. Finalmente opté por quitarlo de allí. No lo había contado hasta ahora. A lo mejor ha sido un error. Al día siguiente se oía un arrullo. Más alto, como un zumbido eléctrico. Y al otro permaneció en silencio. Desde entonces no ha vuelto a decir nada. ¿Será tristeza? Empleo ambas manos. Desconozco si los demás han oído algo. Acostumbro a ir cuando todos duermen. Hacer limpieza aquí no entraña ningún problema. Lo he convertido en mi pequeño mundo. Mientras ella descansa le hablo. Quizá el lugar no parezca demasiado grande. Solo hay dos salas. Probablemente digáis que es un mundo pequeño, pero no tanto cuando se trata de limpiarlo.



TESTIMONIO 012


   Me desagrada entrar ahí. En particular los tres del suelo parecen poseer una maldad consustancial, o tal vez sea indiferencia. Como si desde su profunda indiferencia quisieran causarme daño. No entiendo por qué siento la necesidad de tocarlos. Siempre hay dos de ellos fríos, mientras que el tercero está caliente. Varía quién es el que posee calor. Da la impresión de que se recargan entre sí, o de que se alteran a la hora de ceder su energía a uno de los otros. Incluso me entra la duda de si no será uno solo, una totalidad, en lugar de tres. Tres unidades individuales que se conocen muy bien. He visto que tienen intimidad. Eso me espanta, lo aborrezco. He visto muchos otros iguales a ellos. Parece como si cada uno siempre pudiera ser cualquiera de los restantes. Como si no existieran propiamente como tales, sino como idea de reciprocidad. Siempre con la posibilidad abierta de que surjan más, en ramilletes, arracimados, y en las laderas de la montaña pueden parecer alguna clase de eccema. Por eso digo que me desagrada estar ahí dentro. Logran siempre que los toque aunque yo no quiera. El lenguaje que poseen me destruye cuando entro ahí. Ese lenguaje consiste en que son muchos, que no son uno, que uno es la repetición de todos ellos.

    OLGA RAVN - "Los empleados" - (2018)


Imágenes: Mason Lindroth

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