Desapegos y otras ocupaciones.

domingo, 4 de agosto de 2024

ALGÚN CONCURSO DE ESOS


¿Han visto ustedes alguna vez un telediario los domingos por las mañanas? ¿No? Claro, es lógico. Quién se va a levantar a esas horas (antes de las 8 a.m.), sino yo, un impenitente "
insomníaco"... Bueno, también los niños hiperactivos que ven los frenéticos dibujos animados que ponen a esas horas.

Pues hay un detalle que no se me ha escapado: NUNCA ES LA MISMA PRESENTADORA. Sin aplicarse demasiado en la observación, se aprecia que todas adolecen de algún pequeño defecto físico: demasiado delgada, ojos excesivamente asimétricos, alguna antiestética arruga, o algo subiditas de edad.

También en el aspecto técnico presentan deficiencias: un excesivo seseo demasiado forzado, un deje de alguna extrema comunidad nacional, lágrima fácil, fallos de entonación y ritmo..., seguramente producidos por el nerviosismo: saben que sólo tienen una oportunidad y, el pánico les puede...

Además, he notado que, ese día, los textos son más intrincados; aparecen combinaciones de palabras extremadamente complicadas de pronunciar que, después, he visto suavizadas en otras ediciones con las mismas noticias ya narradas por presentadoras "consagradas".

Es lamentablemente penoso ver los esfuerzos por enmendarse, que no hacen sino empeorar y remarcar su defectuosa actuación, sus vanos denuedos por conseguir que para la semana próxima...



Pero, aunque circulan rumores ("hubo una vez una chica que lo logró..."; "dicen que de aquí podemos pasar a alguna emergente televisión sudamericana..."), la mayoría (en el fondo, muy en el fondo), sabe que aquello sólo es un banco de pruebas.

Lo cierto y verdad es que ya, nunca más, se vuelven a ver en sus dignos papeles de presentadoras-formalitas-pero-modernas, que después de dar las noticias se van para la misa de la 2ª cadena.

He rastreado las diversas emisoras en los más remotos horarios; he contratado innecesarios y absurdos canales (¿hay alguno verdaderamente necesario y no-absurdo?), sólo con este fin.

Así, he descubierto a alguna de ellas presentando ignominiosos concursos en recónditas y trasnochadas cadenas locales o provinciales.

Me ha parecido reconocer el deje de otras en alguna radio de esas que se sintonizan por televisión o en algún doblaje de serie de medio pelo con risas enlatadas.

Incluso como reportera de las que se denominan "a pie de banquillo", en retransmisiones deportivas de segundo o tercer nivel; o como extra en una de esas series de policías o de médicos (serie B), que proliferan en las noches de los días menos importantes.

Algún día me pareció ver a otra (de las más macizotas) pasear por detrás del calvo de Tele 5 (ese que sigue a todas partes a Fernando Alonso), con un paraguas publicitario...



Ayer creí ver a otra de ellas (menudita, monilla, nariz respingona, algo bizquilla,...), participando en un concurso de hip-hoperos en una periferia madrileña, ataviada con la parafernalia pertinente. Hacía rimas fáciles como panza con venganza, sola con pistola o pierda con mierda.

Lo peor de todo fue descubrir las sospechosas cicatrices en los brazos. Las había de dos tipos: unas transversales, gruesas, sinuosas, a la altura de las dos muñecas; otras, como pequeñas estrellas oscuras, picoteando las venas de los antebrazos y, fijándose bien, también en las piernas a través de los agujeros de sus medias de rayitas multicolores...

No puedo aceptarlo como real, ¿es fruto de mi imaginación o producto de mis prolongados insomnios? No lo sé, pero voy a intentar convencer a mi hija para que no estudie Periodismo y se anime a coger alguna franquicia de ropa pijita, que es lo que da de comer, sobre todo ahora que toda la gente quiere ir bien vestidita para presentarse a tanto concurso...

(Publicado originalmente por El Secretario en su desaparecido blog "La Zona Libre" el día 16 de mayo de 2007)


Imágenes: Marisol


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.