Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 26 de noviembre de 2021

EN LO DE PAPÁ

 


   Si hoy no fuera un día especial, Julián tomaría el juego de llaves de algún departamento de la inmobiliaria, cerraría el tablero, bajaría la persiana, apagaría las luces y saldría. Así lo hizo cada noche desde que se separó de Silvia, cinco meses atrás. Apenas con unas pocas pertenencias dentro del bolso de Estudiantes de La Plata que, miente, usa para hacer deporte. Pero hoy cumple años Tomás, su hijo mayor, y Silvia lo conminó a que, como parte del festejo, duerma con él por primera vez desde la separación. En realidad, sus dos hijos dormirán con él, Tomás y Anita. Silvia fue terminante. Él no atinó a esgrimir ninguna de las tantas excusas que puso en esos meses con la intención de no dar una dirección exacta. Hasta hacía poco había funcionado, pero ya no. Incluso parecía desvanecida la ventaja que solía tener en cualquier negociación frente a Silvia por el hecho de que era ella quien había tomado la decisión de dar por finalizado su matrimonio.


  Desde el día en que le dijo «quiero que te vayas», él había quedado girando en falso sin entender qué había pasado para tener que desarmar lo que habían construido juntos durante quince años. ¿Lo habían construido juntos? ¿En qué consistía esa supuesta construcción? No podía encontrar respuesta. Aún hoy seguía sin entender y con la esperanza de que a Silvia se le pasara lo que fuera que la había llevado a echarlo de la casa. Lo que fuera, hasta otro hombre. Y ese era el motivo por el que Julián no se decidía a resolver el problema de dónde vivir, como corresponde que haga un marido que se separa: cinco meses después, no se sentía separado. Es más, había creído que el cumpleaños de Tomás lo pasarían todos juntos, él, Silvia y los chicos, en su casa, la casa de todos. Pensó que era la ocasión ideal para el reencuentro. Pero en cambio Silvia parecía haber pensado exactamente lo contrario. Fue terminante e incluso se lo dijo a los chicos antes que a él, probablemente para no dejarle alternativa. «Hoy duermen en lo de papá». Sin sospechar que aún no había «lo de papá». O que «lo de papá» no era un lugar fijo sino escoger una llave del tablero de la inmobiliaria para rotar de departamento en departamento y acostarse adentro de una bolsa de dormir.

CLAUDIA PIÑEIRO - "Quién no" - (2018)

Imágenes: Mariano Pascual

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.