Desapegos y otras ocupaciones.

domingo, 25 de octubre de 2020

CON O SIN

 


  Victoria dejó que su mente siguiera. Tú preñas y te dices, todo va bien, ya es tarde, tengo una edad y si no tiro adelante ahora me quedo sin descendientes. Tonterías, tonterías y mucha literatura. Tú preñas y tienes dos opciones en las que participa muy poco la cabeza: que la tripa siga su curso o cortarle el rollo. Hay veces en las que lo último no tiene discusión, se corta el rollo. ¿Por qué? Quién sabe. El adminículo delator te da positivo y en el momento exacto en el que lo tiras a la basura sabes que el siguiente paso es pedir hora para deshacer el entuerto. Con o sin ayuda. Con o sin compañía. Con o sin corresponsabilidad. Con o sin. En mi experiencia, siempre sin. Pero hay otras veces, es obvio en mi caso, en el que tiras el puto adminículo a la papelera del baño y dices hum... Y, ¡ah! ese hum, ese hum es ya tu perdición. No hay que pensar, no al menos a cierta edad. Hum quiere decir mañana ya lo decido, y esa noche bajas la guardia y a la noche siguiente te descubres fantaseando tiernos abrazos, y si eres lo suficientemente lista sales corriendo y te agarras un colocón de los que hacen época para poder utilizar la excusa de que aquello que está en la tripa ya ha sufrido una intoxicación irrecuperable y que hay que darle matarile cuanto antes, porque es ya un desecho. Pero si en lugar de ponerte hasta el culo de todo lo tóxico que puedas trajinarte te descubres con una taza en la mano, sea lo que sea que lleve esa puta taza, caldo, té, café con leche o agüita del grifo, has de tener claro que te está mandando de una patada en el culo al blandengue universo de las madres abstinentes.

CRISTINA FALLARÁS - "Las niñas perdidas" - (2011)

Imágenes: Susanna Bauer

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