Desapegos y otras ocupaciones.

jueves, 31 de agosto de 2023

ESE TELÉFONO ES UNA REPRESENTACIÓN DEL ALEPH


Paula consulta su reloj de pulsera y se levanta.

   —Vas a quedarte sola una hora —dice muy seria, sin entrar en el juego de suspense que le propone su madre—. La batería del teléfono está cargada. Si te encuentras mal o te pasa algo llámame enseguida.

   Celia mira la pantalla del teléfono con una mueca de fastidio. Su hija no se lo ha dado porque ella lo haya pedido. Pensaba devolvérselo de todos modos con el único fin de tenerla controlada.

   —¿Sabes cómo funciona?

   Por toda respuesta Celia levanta la vista sin mover el ángulo de su cuello, lo que significa que la conversación ha terminado. Paula llama a Charlie chasqueando los dedos dos veces, como si de pronto tuviera mucha prisa, pero antes de salir se vuelve un momento para comprobar que todo está en orden y le hace un último gesto a su madre acercando la mano a su mejilla como si fuera un teléfono.

   Celia agita su mano a modo de despedida. O de hartazgo. Es la primera vez que se queda sola desde que despertó del coma y tiene una sensación en cierta forma adolescente, como si acabara de descubrir la libertad. Observa la pantalla del teléfono con curiosidad pero no se atreve a tocarla. Supone que en ese pequeño aparato están todos sus contactos, sus registros de llamadas y un acceso al resto del mundo a través de su conexión a Internet. Ese teléfono es una representación del Aleph que describió Borges, lo recuerda perfectamente, el lugar donde las cosas son infinitas porque pueden verse desde todos los puntos del universo.



   Lo deja sobre la mesa y se recuesta en el sillón con los ojos cerrados a la espera de que vuelvan Paula y Alba. Cree que va a poder relajarse como otras veces pero no soporta la inacción. Si al menos estuviera Charlie, podría acariciarle la cabeza y sentir la humedad de su hocico. La soledad resuena en sus oídos como si el teléfono no dejara de sonar.

   Se incorpora y lo toma entre sus manos. El fondo de la pantalla es una foto de un mar recto y azul sobre el que se disponen los iconos que dan acceso a las aplicaciones. No sabe para qué sirven y por eso mismo los va tocando todos. Las últimas llamadas registradas son de principios del mes de julio, seguramente del mismo día que sufrió el ictus. Hay llamadas de Tobias, Luisa, Paula y otras de números no grabados en la memoria que muestran todos sus dígitos. En la sección de contactos descubre un verdadero universo de amigos, compañeros y familiares.

   Respira aliviada. Estaba casi segura de que Paula habría eliminado todos esos contactos y esas últimas llamadas recibidas. Tiene la permanente sensación de que su hija quiere modificar el mundo que la rodea para ayudarle a recobrar la salud. El hecho de encontrar intacta la información de su teléfono la hace dudar de su inquietud. Tal vez es ella quien está siendo víctima de una paranoia por otra parte inevitable si se ha perdido la memoria con que poder combatirla.

JOAQUÍN BERGES - "Una sola palabra" - (2017)


Imágenes: Brock DeBoer

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