Desapegos y otras ocupaciones.

domingo, 12 de marzo de 2023

¿QUÉ ES LO QUE TE ASQUEA DE LA VIDA?


Antes de Navidad llegó a Mock Hill la noticia de que Blaikie Noble se había casado. Se había casado con la ventrílocua, la de Alphonse y Alicia. Aquellos muñecos, que llevaban trajes de noche e iban repeinados al estilo de Vernon e Irene Castle, habían dejado un recuerdo más nítido que la señora en cuestión. La gente solo recordaba con certeza que no podía tener menos de cuarenta años. Con un chico de diecinueve. Era por no haberse criado como los demás chicos, le habían dado las riendas del hotel, lo habían llevado a California, permitiendo que se mezclara con gente de toda clase. Así se acababa en la depravación, como cabía esperar.

   Char tomó veneno. O pensó que era veneno. Tomó azulete para blanquear la ropa. Lo primero a lo que echó mano en la estantería del lavadero. Et volvió de la escuela (se había enterado de la noticia a mediodía, por Char, de hecho, que se rio y dijo: «¿No es para morirse?») y la encontró vomitando en el lavabo.

   —Ve a por el libro de medicina —le pidió Char. Un gruñido terrible le salió sin querer de dentro—. Lee lo que dice sobre envenenamiento.

   Et prefirió ir a llamar al médico. Char salió a trompicones del cuarto de baño sosteniendo la botella de lejía que guardaban detrás de la bañera.

   —Si no cuelgas ahora mismo ese teléfono, me tomaré la botella entera —dijo con un susurro ronco. Supuestamente su madre estaba dormida al otro lado de la puerta cerrada.



   Et tuvo que colgar el teléfono y buscar en aquel libro viejo y horrendo donde tiempo atrás había leído sobre cómo nacían los bebés y síntomas de la muerte, y aprendió que hay que acercar un espejo a la boca. Con la errónea impresión de que Char ya había bebido lejía de la botella, leyó todo lo que decía sobre eso. Entonces se enteró de que se trataba de azulete. El azulete no salía en el libro, pero al parecer lo mejor era provocar el vómito, como el libro recomendaba con la mayoría de los venenos (Char ya estaba en eso, no hizo falta provocarlo), y luego beber un litro de leche. Cuando Char se acabó la leche, empezó a vomitar otra vez.

   —No lo he hecho por Blaikie Noble —dijo entre arcada y arcada—. No se te ocurra pensar eso. No sería tan ilusa. Un pervertido como él. Lo he hecho porque estoy asqueada de la vida.

   —¿Qué es lo que te asquea de la vida? —preguntó Et con sensatez cuando Char se secó la cara.

   —Me asquea este pueblo y toda la gente estúpida que hay aquí, y madre y su hidropesía, y llevar la casa y lavar sábanas a diario. Creo que no voy a vomitar más. Creo que podría beber un poco de café. Recomienda café.

   Et preparó una cafetera y Char sacó dos de las mejores tazas. Se echaron a reír mientras lo bebían.

   —Me asquea el latín —dijo Et—. Me asquea el álgebra. Creo que tomaré azulete.

   —La vida es una carga —dijo Char—. ¿Dónde está, oh vida, tu aguijón?

   —Oh muerte. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?

   —¿He dicho vida? Quería decir muerte. ¿Dónde está, oh, muerte, tu aguijón? Perdona.


ALICE MUNRO - "Algo que quería contarte" - (1974)


Imágenes: Toni Hamel

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