Desapegos y otras ocupaciones.

miércoles, 6 de septiembre de 2023

MUY PEQUEÑO PARA ENTENDER Y PARA RECORDAR


Se acordó de un baúl de castaño en el que se escondió una tarde cuando tenía cuatro o cinco años, y de las voces que lo buscaban llamándolo por todas las habitaciones: Ismaíl, Ismaíl… Había permanecido allí escondido sin contestar, oliendo el aroma de la lavanda en un corpiño negro de encaje que lo tenía fascinado y que no había visto nunca antes, porque era la primera vez que exploraba las prendas íntimas de su madre: una enagua de raso, las medias de seda con costura, un abanico de madera de sándalo y un echarpe azul con flecos que estaba envuelto en papel de regalo. Pero por más que lo intentaba no conseguía acordarse con precisión del rostro ni del cuerpo que llevaba aquellas ropas, como suele suceder con aquellas imágenes que uno necesita recordar perentoriamente y se empeña en recordar a toda costa, pero que la memoria, caprichosa o selectiva, oculta tras una cinta de niebla, convirtiéndolas en una sensación vaga, como prendida de alfileres. Apenas podía retener el escorzo fugaz de una mujer muy pálida asomada a una ventana, mirando siempre hacia afuera, despidiéndose de alguien con la mano desde el balcón de la casa, quizá de algún vecino, de alguna visita que se había prolongado más de la cuenta, canturreando después risueña con el balcón entornado. Ese canto inconsciente de las mujeres que no saben que son observadas bajo su felicidad íntima y secreta, pero que alguien espía, el marido desde el otro lado de la puerta de doble hoja, o el niño escondido en un baúl que escucha y oye, pero todavía es muy pequeño para entender y para recordar.

SUSANA FORTES - "El amante albanés" - (2003)


Imágenes: L. M. Glasson

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.