Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 15 de septiembre de 2023

A LO MEJOR NO DEBERÍAMOS SER AMIGAS


Una noche le hice una foto Polaroid y la pegué en el marco del espejo del salón. Reva creyó que era un gesto de cariño, pero la foto pretendía servirme de recordatorio de lo poco que disfrutaba de su compañía, si me daban ganas de llamarla luego, cuando estaba drogada.

   —Te voy a dejar mis cedés para subir la autoestima —me decía si yo mencionaba cualquier inquietud o preocupación.

   Reva sentía debilidad por los libros y talleres de autoayuda que combinasen alguna dieta nueva con habilidades para el desarrollo profesional y las relaciones románticas bajo la apariencia de enseñar a mujeres jóvenes «cómo alcanzar su máximo potencial». Cada cierto tiempo, tenía un paradigma de vida totalmente distinto y yo debía escucharlo.

   —Tienes que aprender a darte cuenta de si estás cansada —me aconsejó una vez—. En estos tiempos hay muchísimas mujeres agotadas.

   Un consejo de estilo de vida de Sacadle todo el partido a vuestro día, chicas sugería planificar los domingos por la tarde lo que te ibas a poner durante la semana.

   —Así no tienes que estar dudando por las mañanas.

   De verdad que no la soportaba cuando hablaba así.

   —Y vente a Saints conmigo. Es noche de chicas. Las mujeres beben gratis hasta las once. Te sentirás mucho mejor contigo misma.



   Era experta en fusionar eslóganes con cualquier excusa para beber hasta la inconsciencia.

   —No me apetece salir, Reva —le dije.

   Se miró las manos, jugueteó con los anillos, se rascó el cuello, luego se quedó mirando fijo al suelo.

   —Te echo de menos —dijo, con la voz un poco quebrada.

   Quizá creyó que aquellas palabras me llegarían al corazón. Yo llevaba puesta de Nembutal todo el día.

   —A lo mejor no deberíamos ser amigas —le dije, mientras me estiraba en el sofá—. Lo he estado pensando y no veo razón para que sigamos siéndolo.

   Reva se quedó ahí sentada, frotándose los muslos con las manos. Después de uno o dos minutos de silencio, me miró y se puso un dedo debajo de la nariz, lo que hacía siempre cuando estaba a punto de llorar. Era como una imitación de Adolf Hitler. Me tapé la cabeza con el jersey y apreté los dientes e intenté no reírme mientras ella balbuceaba y lloriqueaba e intentaba recomponerse.

   —Soy tu mejor amiga —dijo lastimera—. No me puedes echar, sería muy autodestructivo.

   Me bajé el jersey para dar una calada al cigarrillo. Se apartó el humo de la cara y fingió toser. Luego se giró hacia mí, tratando de envalentonarse mirando a los ojos al enemigo. Veía el miedo en sus pupilas, Reva parecía estar mirando un agujero negro en el que se podía caer.

   —Por lo menos intento esforzarme por cambiar y conseguir lo que quiero —dijo—. Aparte de dormir, ¿qué esperas de la vida?



   Preferí ignorar su sarcasmo.

   —Quería ser artista, pero no tengo talento —le dije.

   —¿En serio hace falta talento? —puede que fuese la cosa más inteligente que me había dicho Reva nunca.

   — —contesté.

   Se levantó, cruzó el salón haciendo ruido con los tacones y cerró la puerta con cuidado tras ella. Me tomé unos cuantos Trankimazin y me comí unas cuantas galletitas saladas con formas de animales y me quedé mirando el asiento arrugado del sillón vacío. Me levanté y puse Tin Cup y la vi con desgana mientras dormitaba en el sofá.

   Reva llamó media hora más tarde y dejó un mensaje diciendo que ya me había perdonado por herir sus sentimientos, que estaba preocupada por mi salud, que me quería y que no me abandonaría «pasara lo que pasara». Se me desencajó la mandíbula escuchando el mensaje, como si llevase días rechinando los dientes. A lo mejor sí que lo había hecho. Luego me la imaginé moqueando por el supermercado Gristedes, eligiendo comida que se comería y vomitaría. Su lealtad era absurda. Por ella seguíamos.

   «Estarás bien», le dije a Reva cuando su madre empezó el tercer ciclo de quimio.

   «No seas nenaza», le dije cuando el cáncer de su madre se le extendió al cerebro.

OTTESSA MOSHFEGH - "Mi año de descanso y relajación" - (2018)


Imágenes: Laura Berger

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