Desapegos y otras ocupaciones.

miércoles, 22 de julio de 2020

COMO LA AGUJA ENLOQUECIDA DE UNA BRÚJULA

   

  
 Y en esta soledad terminó la primera parte.


   La segunda, constituía casi cuatro quintas partes del libro. Desde el inicio se notaba que el relato corto que la antecedía no era sino un pretexto anecdótico. Ésta era una confesión larga de un exacerbado lirismo, entremezclado con poemas, de máximas enigmáticas y de un sortilegio blasfemo. Apenas comenzaba a leer Vincent Degraël cuando sintió un malestar que le fue imposible definir, y que no hizo más que crecer a medida que pasaba las páginas del libro con una mano que cada vez se tornaba más temblorosa. Era como si las frases que él tenía frente a los ojos se convirtieran repentinamente en familiares, inevitablemente se puso a repetir cualquier palabra, como si la lectura de cada una se viniera a imponer, o más bien a superponer; los recuerdos, al mismo tiempo precisos y fluidos de una frase que era casi idéntica y que ya había leído en otra parte; como si estas palabras más tiernas que las caricias o más pérfidas que los venenos, estas palabras una a una límpidas o herméticas, obscenas o cálidas, deslumbrantes, enigmáticas, que oscilaban sin parar como la aguja enloquecida de una brújula, entre una violencia alucinada y una serenidad fabulosa, esbozaran una configuración indefinida en la cual se creía encontrar en desorden a Germain Nouveau y Tristan Corbière. Viiliers y Banville, Rimbaud y Verhaeren, Charles Cros y Léon Bloy.
GEORGES PEREC - ·El viaje de invierno" - (1993)

Imágenes: Alex Chinneck

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