Desapegos y otras ocupaciones.

sábado, 4 de abril de 2020

UN CENTRO PSIQUIÁTRICO


Un centro psiquiátrico es una reproducción a escala del mundo en el que vivimos: una prisión que encierra a quienes no son capaces de percibir la realidad, sino una alteración desvirtuada de la misma; un lugar en el que se trata de contener esa visión para que no contamine lo que existe fuera, mientras se trabaja para reconducirla en los individuos más favorables. Pero pocas veces se logra con éxito. El sanatorio Campderá ocupaba las instalaciones de un antiguo hospital psiquiátrico público; un edificio del siglo XIX, a las afueras de Alicante. A pesar de ser un centro privado, conservaba la estructura del viejo hospital: galerías acristaladas, techos abovedados y muy elevados, salas alargadas que daban una sensación inquietante de frialdad, a pesar de estar acondicionadas. Hasta la fecha, el diseño de estos centros había seguido la corriente de opinión que, desde la cordura, se tenía de los «enfermos»: seres extraños que no se adecuaban a la vida en sociedad y que era necesario recluirlos para proteger a esta de sus demencias. Sin más.



 Por eso los espacios eran amplios y las condiciones, lamentables. Los interiores eran desapacibles, incluso fomentaban la locura. Los pacientes deambulaban por corredores y estancias sin un rumbo; sin un objetivo. Simplemente, estaban allí. Sus cuerpos, claro, pues sus mentes quizá representasen otros lugares y situaciones. Para alguien que consiguiera ver la realidad de aquellos sanatorios, estar recluido dentro lo conduciría inexorablemente a la demencia; el mejor mecanismo de defensa frente a un entorno destructivo.
J. D. LISBONA - "La trama de la telaraña" - (2016)

Imágenes: Tomasz Zaczeniuk

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