Desapegos y otras ocupaciones.

sábado, 12 de octubre de 2019

SONIDOS PERFECTOS


Hay ciertos sonidos concretos que son perfectos. Una pelota de tenis, una bola de golf golpeada en el punto justo. Una volea alta en un guante de cuero. La caída lenta y sorda de un K.O. Me derrito con una apertura perfecta en una mesa de billar, un tiro seco en la banda seguido por tres o cuatro deslices silenciosos y chasquidos consecutivos. Los roces de la tiza acariciando el taco. El billar es erótico lo mires por donde lo mires. Normalmente a la luz tenue palpitante de una rocola.



¿Si soy fiel a mis convicciones? Ni siquiera puedo retener una idea más de cinco minutos. Igual que la radio de una camioneta. Voy surcando la carretera… Waylon Jennings, Stevie Wonder…, paso un badén y, pum, aparece un predicador de Clint, Texas. Proyecta tu mirda hacia el cielo. ¿Mirada? ¿Mierda? De un día para el otro el autobús 40 cambia. Algunos días viaja gente de Chaucer, de Damon Runyon. Un festín de Brueghel. Me siento cerca de todos ellos, en paz con ellos. Somos un vívido tapiz de viajeros, hasta que hay una epidemia y nos convertimos en víctimas del síndrome de Tourette, atrapadas en una cápsula sofocante, para siempre. A veces todo el mundo está cansado. Un autobús entero hecho polvo. Pesadas bolsas de la compra. Carros aparatosos, cochecitos. Jadeando al subir los escalones, pasándose de parada dormidos, la gente se desploma, se mece agarrada sin fuerzas a las barras como algas lánguidas.
LUCIA BERLIN - "Una noche en el paraíso" - (2018)


Imágenes: Gernot Schwarz

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