Desapegos y otras ocupaciones.

lunes, 19 de diciembre de 2022

TODOS LOS DOMINGOS CONEJO GUISADO

 


¡Hola, hijo!

   Hoy he ido a la iglesia. Tengo que hacer las paces. Con Dios no. Conmigo. Llevo enfadada mucho tiempo. He estado una hora confesándome. Lo he confesado todo. El cura no me ha entendido. Le cambió la cara en cuanto le dije que me estaba muriendo. ¿Ves?, por eso no puedo andar diciéndole a la gente que me muero. No soporto dar pena. Y después empezó con el sermón de la otra vida. Y cómo decirle que a mí la vida que me importa es esta, la que dejo aquí.

   Por momentos pienso que no he hecho gran cosa en esta vida. No he sido más que la mujer de Caride. Y tu madre. Y cuando muera y pase un tiempo (un tiempecito, como dice mi médico), ya no quedará nada de mí. Mi paso por esta vida quedará en nada. Porque yo nunca he hecho nada extraordinario, más que vivir y dejar pasar la vida. Y qué pronto pasó.

   ¿Qué más le he confesado a ese cura? Que nunca quise a Caride. Que me esforcé. De verdad, hijo. Es duro decirte esto. A fin de cuentas, es tu padre. Pero es que no sabía querer. Hay gente que no sabe. Querer, quería, pero se quería a sí mismo. Más que a nadie en el mundo. ¿Qué comíamos los domingos? Lo que él quería. ¿Qué se veía en la televisión? Lo que él quería. ¿Qué nombre te pusimos? El que él quiso. Que a mí me gustaba Alejandro, como mi padre. «No. Manuel como yo». Y Manuel fue.

   Pues no lo quise, no. Me casé con él, como él quería, pero eso es todo lo que consiguió. Eso y que aborreciese el conejo. Todos los domingos conejo guisado. No lo he vuelto a probar.

   Todo eso le he contado al cura. Me duele más contártelo a ti. Así que aquí estoy ahora, rezando el rosario. Parece ser que esta es mi penitencia. Como si no fuese suficiente con el carallo del cáncer.


ARANTZA PORTABALES - "Deje su mensaje después de la señal" - (2017)

Imágenes: David Álvarez

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