Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 16 de diciembre de 2022

O CONTRA EL DIABLO

 


Ulises le había pedido a Segovia que lo acompañara al jardín para saber qué pensaba sobre dónde era mejor instalar las perreras.

—¿Puede creer que fue lo único que Martín no explicó? —dijo Ulises.

—Este es el jardín de la señora Altagracia, que lo llenó de grama y florecitas —dijo Segovia, por toda explicación.

Solo entonces Ulises reparó de verdad en el señor Segovia. Hasta ese momento, con su presencia sólida y sin aspavientos, había sido una sombra amable.

—Disculpe, Segovia, pero ¿qué edad tiene usted?

Segovia soltó una risa vieja.

Risa de árbol, pensó Ulises.

—Ochenta y nueve años, señor Ulises —respondió, y con un tic se acomodó la manga de la camisa, que le tapaba una pulsera de cuentas.

—Es imposible. O sea, que usted es mayor que Martín…

—Así es. Pero yo soy el menor. Francisco, mi hermano mayor, tiene más de cien.

—Usted me está jodiendo, Segovia. Es imposible. ¿Y por qué sigue trabajando?

—Si dejo de trabajar, ahí sí me muero. Lo mismo mi hermano.

—¿El de cien años? ¿Y qué hace?

—Paco trabaja cuidando el Hotel Humboldt.

Ulises miró hacia la montaña. Recorrió con la vista el perfil del Ávila, buscando a lo lejos la figura del Hotel Humboldt, colocada como un cohete sobre la cumbre despejada del cerro.

—¿Y desde cuándo trabaja allí?

—Pues desde que hicieron el hotel, cuando Pérez Jiménez.

—No puede ser, Segovia. Ustedes deben de haber hecho un pacto con el diablo.

—O contra el diablo —respondió Segovia.

—O sea que fue su hermano quien envió la corona de flores para el entierro de Martín.

—Sí, señor. Ellos se conocieron en la época de los criaderos de perros, allá arriba.

—¿En el hotel?

—Cerca, más bien hacia los lados de Galipán.

—No sabía que allí criaban perros.

—Ya no. Aquella fue una de esas ideas del presidente Chávez, que quiso tener allí un criadero de perros mucuchíes. Como Nevado, ¿sabe?, el perro del Libertador, pero el asunto no prosperó.

El señor Segovia se rascó la cabeza.

—¿Qué pasó? —preguntó Ulises.

El señor Segovia soltó esta vez una risita triste y traviesa y empezó a caminar hacia su habitación.

RODRIGO BLANCO CALDERÓN - "Simpatía" - (2021)


Imágenes: Quint Buchholz

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