Desapegos y otras ocupaciones.

jueves, 12 de diciembre de 2019

SOMOS ESCLAVOS DE LAS PALABRAS Y SUS LIMITACIONES


Amor.

   Eric siempre había odiado esa palabra y le declaraba la guerra siempre que surgía la oportunidad. «Somos esclavos de las palabras y sus limitaciones», solía decir a quien quisiera escucharle. Las palabras, sobre todo cuando tratan de definir emociones, son muchas veces laberintos sin salida en los que no queda más remedio que adentrarse y escoger uno de los caminos disponibles. «El lenguaje se muestra como un vehículo minúsculo para que viajen en su interior sensaciones tan inmensas», sentenciaba.



   Para Eric, tratar de describir con palabras lo que sentía por Claudia era como encender una luz con un interruptor que nunca llegaba a hacer un contacto perfecto. Para acercarse a la definición correcta debía dejar de intentar verbalizarla, relajarse y disfrutar de aquella luz sin importar el mecanismo que la hacía brillar.

   Si le preguntasen y le obligaran a dar una respuesta, diría que amarse es no ver al otro como esa persona se ve a sí misma, tratar de quitarle la venda de los ojos día tras día, desde que uno despierta hasta que se acuesta, a base de cariño, risa, confianza y solidaridad. Mejorarse mutuamente y percibirse mejores de lo que en realidad llegarán a ser nunca. Todo esto, a poder ser, acompañado de algo de sexo lo suficientemente irrespetuoso como para que siga siendo interesante con el paso de los años.
MIKEL IZAL - "Pescar en las nubes" - (2018)

Imágenes: José Luis Muñoz


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