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jueves, 26 de septiembre de 2019

FALSEDADES COTIDIANAS


Algunos especialistas los comparan, no sin razón, con escorpiones. Su veneno es incurable. Y el mal que provocan, altamente contagioso. Una vez infectados, no hay otra solución sino la cuarentena o la muerte. ¿Cómo surgieron estas bestias, cómo evolucionó su especie, cómo se multiplicaron a escala geométrica? Abundan las leyendas y nuestros especialistas no han sido capaces de capturar un ejemplar vivo. Una misión proclamó hace tiempo su éxito: la criatura llegó viva hasta el laboratorio pero no resistió la densidad de nuestra atmósfera. Como marcan los procedimientos, hubo que devolver su cadáver a la Tierra.




   ¿Qué impulsa a una raza inteligente a dotarse de falsedades cotidianas? ¿Y por qué alguien querría consagrarse a esta tarea? A nosotros nos cuesta imaginar que alguien viva para maquinar fantasías. La modestia no es, por supuesto, uno de sus rasgos: los infames se piensan elegidos, creen que sus ideas deben contaminar otras mentes y no dudan en proclamarse inspirados por los dioses. ¿Por qué perseveran? Los autores del informe incluyen una casuística tan amplia como inútil. Unos lo hacen por dinero, otros se asumen como defensores del «arte» o la «poesía», y el resto son solitarios incurables: sujetos que no toleran el azar y lo sustituyen con el orden de sus patrañas.


(...) Un novelista es alguien que oye voces a través de las voces. Se mete en la cama y de pronto esas voces lo obligan a levantarse, a buscar una hoja de papel y escribir tres o cuatro líneas, o tan sólo un par de adjetivos o el nombre de una planta. Esas características, y unas cuantas más, hacen que su vida mantenga una notable semejanza con la de los dementes, lo que para nada lo angustia; agradece, por el contrario, a las Musas, el haberle transmitido esas voces sin las cuales se sentiría perdido. Con ellas va trazando el mapa de su vida. Sabe que cuando ya no pueda hacerlo le llegará la muerte, no la definitiva sino la muerte en vida, el silencio, la hibernación, la parálisis, lo que es infinitamente peor.
JORGE VOLPI - "Mentiras contagiosas" - (2008)

Imágenes: Chema Madoz


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