Pero no hay que sacar las conclusiones equivocadas, conclusiones como que la convivencia no funcionó, que la convivencia mató la relación, que la rutina, que la logística, que la vida misma.
Fue más bien una especie de vacío, una especie de fin de los temas de conversación, como si ya hubieran hablado de todo lo posible. Acaso el amor sea la capacidad de que la conversación siga siendo siempre interesante. Marcelo se encontró cómodo en su silencio, sin la necesidad de compartir sus opiniones con Eloísa. Eloísa se encontró ansiosa en el silencio de Marcelo, buscando constantemente temas de conversación que enseguida se revelaban agotados.
Es fácil ocupar el tiempo cuando tenemos un objeto en el que cifrar la angustia, hablar de la tía a la que él se tiraba cuando ella lo conoció, o del exnovio de ella que la sigue llamando, pero no es tan fácil ver qué queda después de eso, la ansiedad en espiral sobre sí misma, la relación siendo una conversación sobre la relación, los días vacíos por delante, los diálogos idénticos y vacuos, ¿quieres azúcar en el yogur? —pero ella ya sabe que lo toma sin azúcar—, ¿te traigo algo? —pero él ya sabe que ella no quiere nunca nada—. Hay parejas que se apuntan a salsa. Hay parejas que se enganchan a Netflix. Hay parejas que procrean. Hay parejas que se acaban.
MARTA JIMÉNEZ SERRANO - "No todo el mundo" - (2023)
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