En una palabra: la Espiritualidad se halla en su arco ascendente; y lo animal o físico le impide progresar constantemente en la senda de su evolución, solo cuando el egoísmo de la Personalidad ha infestado tan fuertemente al Hombre Interno verdadero con su virus letal, que la atracción superior pierde todo su poder sobre el hombre pensante razonable. En estricta verdad, el vicio y la maldad son una manifestación anormal y antinatural, en este período de nuestra evolución humana; a lo menos debieran serlo así. El hecho de que la Humanidad no haya sido nunca más egoísta y viciosa que ahora, —habiendo logrado las naciones civilizadas hacer del egoísmo una característica ética y un arte del vicio— es una prueba más de la naturaleza excepcional del fenómeno.
H. P. BLAVATSKY - "La doctrina secreta III" - (1888)
Imágenes: David Littschwager
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