Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 21 de junio de 2019

TERRIBLE PAÍS DE LOS SUEÑOS




Terrible país de los sueños, donde la ley es un calidoscopio. Toda una noche me habita el rostro, el cuerpo, la ternura de alguien a quien quiero, a quien encuentro en la calle o tanto sitio de común aprecio. También retorna en el sueño siguiente; durante semanas gobierna mi dormir con la misma fría petulancia de su vida.
   Luego cesa. He pensado tantas veces su imagen mientras andaba por la calle, al entrar a un café, frente a poemas que un día nos gustaron a ambos. Toco con estas manos una misma región diurna; nada cambia en esta celebración continua de un desaliento. Pero entonces, bruscamente, falta. Sueño una noche entera episodios prodigiosos donde su presencia sería necesaria, hasta forzosa. No está. Aún soñando me doy cuenta. Sé al despertar que por semanas no volveré a ver su imagen; el calidoscopio ha dado una pequeña vuelta, y otras leyes rigen este mundo en el que sólo persiste un elemento común: mi ojo que mira, que mira.
....................




Ya sospechaba, de niño, que ponerle nombre a una cosa era apropiármela. No bastaba eso, necesité siempre cambiar periódicamente los nombres de quienes me rodeaban, porque así rechazaba el conformismo, la lenta sustitución de un ser por un nombre. Un día empezaba a sentir que ya el nombre no andaba bien, no era la cosa mentada. La cosa estaba ahí, nueva y brillante, pero el nombre se había gastado como un traje. Al darle entonces una nueva denominación, me probaba oscuramente que lo importante era lo otro, esa razón para mi nombre. Y durante semanas la cosa o el animal o la persona se me aparecían hermosísimos bajo la luz de su nuevo signo.
JULIO CORTÁZAR - "Diario de Andrés Fava" - (1995)


Imágenes: Barbara Florkzyk



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.