Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 28 de diciembre de 2018

ASPIRO A LA INGRAVIDEZ






Aspiro a la ingravidez
de las alas de libélula,
de las palabras no dichas,
de los gestos y las risas
tras el acto del amor.

De un crepúsculo,
de una conjetura,
de la estela de un murmullo.

De la sonrisa de un niño,
de los juegos y las caricias,
de la primavera en flor,
de las noches de verano,
de la música de blues.

Aspiro a la ingravidez
de la amistad de verdad,
de un pensamiento nonato
que me urge el corazón
cuando despierto temprano
y no hay luz en mi ventana.

Aspiro a la ingravidez
del sonido de tu nombre
cuando te llamo en la noche
perdido entre negras sombras,
pesadillas y derrotas.

De los espíritus que fueron
seres queridos nuestros
y que aún nos acompañan
en los peores momentos.

De un átomo de hielo,
de un parpadeo,
de la sombra del agua,
del perfume de un pinsapo,
de un presagio disipado,
de la calidez de tu cama.

Aspiro a la ingravidez
de haber sido sin ser nada.



Imágenes: Mira Nedyalkova 


03/08/2010


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