He hecho barbaridades con mi cuerpo
(y con mi alma...)
Y ahora,
las señales de alarma se disparan
y me dispersan
y me disgregan.
Gregario de la vida,
jolgorio sin medida,
joyas de cristal y humo,
veneno inoculado,
inmaculado corazón sin Jesús,
inveterado ciudadano de la noche,
invertebrado en tus anhelos,
disipado,
disipando,
levantando el vuelo
y nunca volando
del todo,
más que en sueños.
Risueño de piel para afuera,
infierno de piel para adentro.
Desvelos.
Desvelando el lado más oscuro
de la Luna
y del Sol
y de todos los planetas
que pueblan tu interior.
Tu cabeza estallada,
estropeada,
arrinconada,
asomada al balcón
de un infierno inferior.
Superior a ti,
a un modo normal de vivir.
Y beber.
Beber, beber,
de esas copas otra vez.
Hasta la anestesia,
hasta el no saber,
el no sentir.
El miedo se aleja
y te deja.
Dando vueltas en el círculo.
Sin fin.
04-01-2012
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