Nos refugiamos en la multitud
para no acordarnos de que nacimos solos,
de que morimos solos.
De la multitud nos rodeamos,
nos perdemos entre los otros,
nos disolvemos,
nos diluimos,
queremos pasar desapercibidos
entre tantos.
Entre tanto...
se acerca la hora
de volver a visitarnos a nosotros mismos
en nuestra solitud,
única,
intransferible y lúcida
hasta la desesperación.
Imágenes: Matt Wisniewski
Diciembre 2015
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