En todos estos años planos,
acuchillado por mis sentidos,
en un tiempo vago y denso,
como una sucia sombra me arrastré.
Una tristeza enorme y gris
me fue ganando,
fue apoderándose de mí.
Un yo desvanecido,
desavenido y difuso,
con el alma aguijoneada,
me envolvió en una noche de piedra,
vigilando mi propio pulso
y mis atávicos impulsos.
Me rebocé en mi esponjosa angustia
y empecé a escribir
desde un lugar en el que nunca había estado;
zarandeado por la tortura de existir,
fantasmalmente yo,
mordiendo mi alma con mis uñas.
Y supe el nombre de ese lugar,
lo llegué a conocer
con una alegría ávida y abierta
y me eximí a mí mismo de vivir.
Habité el lugar llamado dolor
huyendo y desesperadamente buscándome
en un ángulo muerto para ti.
Imágenes: Jean Picazo
30/03/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.