Desapegos y otras ocupaciones.

sábado, 14 de junio de 2025

YO ERA ÉL Y ÉL ERA YO.

 


—No lo olvides nunca, yo soy tú —me dijo Jérôme, cuando nos despedíamos en Charles de Gaulle.

   Había sido él quien me había instado a viajar. Yo sola jamás hubiera reunido las fuerzas para salir de mi enclaustramiento. A la vuelta de mi viaje, aunque la idea resultara inimaginable, nos casaríamos.

   Frente a nosotros, un ventanal dejaba ver las colas de los aviones que parecían colgar del cielo.

   Yo soy tú.

   Eran las palabras que nos unían. Que nos habían unido siempre y que nos protegían del infortunio. Como un conjuro. Yo era él y él era yo. Caminamos en silencio hasta la zona de embarque y nos despedimos sin tocarnos. Su expresión era tranquila, segura. Yo no podía traicionar esa confianza que él depositaba en mí. El día anterior me había despedido de mis padres en Grenoble, y el doctor Noiret, mi psiquiatra, me había medicado para evitar que sufriera una crisis de pánico. Aun así, no pude evitar decirle por enésima vez:

   —No sé si pueda hacerlo, Jérôme.

   —Sí puedes, Emilia. Sí puedes —rozó mis labios con su dedo índice para que no volviera a repetirlo.

CARLA GUELFENBEIN - "Contigo en la distancia" - (2015)


Imágenes: Pete Mauney

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