Desapegos y otras ocupaciones.

miércoles, 18 de junio de 2025

NO APARTABA LA VISTA DE ELLA


Pero

   el caso es que allí estaba él, Mats G. en el local de reuniones. Con la mirada totalmente fija en la primera fila de sillas de la amplia sala, observándola a ella, en fin, lo que se dice observándola…, sin poder apartar la vista y sí, claro que Emmy pensó enseguida que bueno, sí, es guapo, pero muy mayor, seguro que más de cuarenta (en efecto, al final resultó que tenía cincuenta y dos), pero con un aspecto que era… bueno, atemporal, en cierto modo, patinado, «como un jugador de tenis retirado», como dijo después entre risitas cuando intentaba contarle a Saga-Lill su encuentro definitivo.

   No apartaba la vista de ella, de Emmy. Por lo que a él se refería, se encontraba en el local de reuniones por casualidad, ya que comunicaba con la oficina del pastor, y tenía pensado pedir que publicaran las amonestaciones de su boda con la novia que tenía entonces, Therese (cuarenta y dos años, actriz). Claro que eso Emmy no lo sabía: hasta después no le contó cómo, cuando iba pasillo arriba, la vio por la puerta entreabierta.



  Y todo se detuvo, se sintió atraído por ella como por un imán. Entró, se sentó en la primera fila y se limitó a mirarla. Y ella, a su vez, intentó hacer como si nada al principio mientras actuaba, pero luego no pudo dejar de corresponderle y sus miradas se encontraron, se encontraron y se encontraron una y otra vez. Lo sentía en todo el cuerpo. ¡El cuerpo! Como si (a pesar de todas las notas estridentes que ella le arrancaba aquí y allá; sí, claro que ella misma lo había oído, había oído lo terrible y lo falto de talento que sonaba, pero de pronto, con un punto de rebelión, ¡le importó un pimiento!) el cuerpo hubiera despertado a la vida exactamente allí. Y se abrió digamos que como una flor y ella cayó cayó cayó de cabeza y poco después estaba embarazada (de lo que por desgracia resultó ser el primer aborto; o quizá podría decirse simplemente el Aborto, porque luego no tuvo ningún otro, sino solo, durante dos años, incontables resultados negativos del test de embarazo) y se casaron y con el tiempo al final después de varios retrasos terminaron de construir el piso que Mats había reservado para ellos en la última planta de Glastornet ¡y se mudaron a sus ciento cincuenta estupendos metros cuadrados! ¡Porque Emmy, UNA MADRE DIFERENTE, iba a tener hijos, claro que sí!



   Y el resto resultó ser historia. O lo es aún. O qué es…, quizá no sea preciso darle un título o un nombre, todo lo que tiene Emmy. Mats G. al que ella quiere con esa obviedad que no se ha difuminado. Y él, Mats G. la quiere, ella lo sabe; aunque es un amor mucho más tranquilo que el de Gusten, por ejemplo, que no ha hecho más que continuar estos casi cuatro años después de que rompieran. Es como si no pudiera pasar página, la llama, le escribe correos y mensajes de móvil. Y se cruzan continuamente. Tanto que a veces casi podría pensarse que la está siguiendo.

   En cambio Mats: un amor como más maduro, más adulto. Y el cuerpo…, esa sensación en el cuerpo…, la de necesitar, amar, entregarse. Querer poseer. A otra persona. Hasta ese punto. Desear. Ese deseo, qué intenso es…

MONIKA FAGERHOLM - "¿Quién mató a Bambi?" - (2019)


Imágenes: Kristine Nydahl

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