Creo que no hay un título más apropiado para un cuadro en TOOODA la historia del arte que este de La pesadilla (Y, si no, vuelve mirar el cuadro) para denominar a esta obra del artista suizo romántico Johann Heinrich Füssli, por razones bastante obvias.
Pero quizá hubiese sido más cercano a la realidad esto que propongo: La representación del sueño húmedo de Füssli, reventado por un rechazo amoroso. No me negarás que el nombre no tiene gancho y expresa fenomenal lo que vemos en tan depravada escena.
Como vemos, Füssli pintó una imagen terrorífica que bien podría haber sido fruto de nuestro subconsciente en forma de parálisis del sueño para hacernos pasar una noche de lo más entretenida. Lo divertido de todo esto es que fue una obra bastante exitosa: sus copias y estampas se vendieron por toda Europa como los churros en Madrid una mañana de post-after. ¡Incluso llegó a adornar el despacho de nada más y nada menos que Freud! (Ya tardaba en hacer su entrada triunfal este señor).
De hecho, cuando Freud vio esta obra la consideró la metáfora del subconsciente, que crea y se comunica con los espectadores a través de imágenes abstractas y sueños (la mayoría, de contenido sexual, especialmente en mujeres).
Dicho esto, lo mejor es que dejemos a Freud en el rincón de pensar antes de que nos empiece a hablar de su teoría sobre la envidia del pene, que, supuestamente, es algo importante para algunas personas.
¿Qué es lo que realmente vieron Freud y todas aquellas personas que obtuvieron una réplica de esta pesadilla (literalmente) en forma de cuadro?
BLANCA GUILERA - "Lo que los libros de Historia del Arte no quieren que sepas - (2024)
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