Ante todo, querías ser artista.
Quisiste abrir las puertas de la percepción mediante sustancias que te proporcionaste, que te proporcionaron..., e ingresaste en la locura.
Tu juventud te ayudaba. Te ayudaba a creerte imbatible, invencible.
Aparentemente, salías indemne, te recuperabas, te seguías creyendo por encima del bien y del mal.
Avanzaste por esos caminos de hielo y fuego. Algunos, a tu alrededor, fueron cayendo. Pero tú decías:
-Yo controlo.
Con prepotencia, con la sangre fría de tu orgullo y de tu fortaleza de 20 años.
Cuando te diste cuenta, vivías por y para eso: para las sustancias sin las cuales el descontrol más caótico reinaba en tu existencia. Y empezaste a desbarrar en círculos por los caminos agrios de la vida.
Quisiste traspasar las brillantes puertas de la percepción y te bañaste, bebiendo, sumergiéndote en las fuentes negras que te arrastraron hasta la locura.
ENERO - 2025
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