Desapegos y otras ocupaciones.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

LA JUZGAN ESCASAMENTE POR EL ANCHO DE UNA MANO



Además en la elección de las esposas y de los maridos observan solemne y estrictamente una costumbre que nos pareció muy grotesca y extravagante. Pues una grave y respetable matrona enseña la mujer, sea doncella o viuda, desnuda al pretendiente. E igualmente un varón prudente y discreto exhibe al pretendiente desnudo ante la mujer. Y nosotros nos reíamos de esta costumbre y la desaprobábamos como ridícula. Pero ellos por otra parte se maravillan grandemente de la locura de otras naciones que cuando compran un potro donde está en juego un poco de dinero son tan escrupulosos y circunspectos que aunque esté casi completamente desguarnecido no lo comprarán a menos que se le quite la silla y todos los arreos no fuera que bajo estas cubiertas se escondiera alguna matadura o llaga, y sin embargo al escoger esposa que después será para ellos placer o desagrado durante toda la vida son tan negligentes que, como todo el resto del cuerpo de la mujer está cubierto de ropa, la juzgan escasamente por el ancho de una mano (pues no pueden ver más que su cara) y así la unen a ellos no sin gran riesgo de estar en desacuerdo si después ocurriera que algo en su cuerpo les molesta o desagrada.



  Pues no todos los hombres son tan sabios que tengan consideración para las cualidades morales del cónyuge. Y las prendas corporales hacen que las virtudes espirituales sean más estimadas y consideradas y eso incluso en los matrimonios de los hombres sabios. Verdaderamente puede esconderse tan repugnante deformidad bajo estos ropajes que puede alejar y apartar por completo de su esposa la mente del marido cuando no será legal que sus cuerpos se separen otra vez. Si tal deformidad se da por algún azar después que el matrimonio se haya consumado y llevado a cabo, bueno, no hay más remedio que la paciencia. Cada hombre ha de cargar con su suerte tal como viene. Pero estaría bien que se hiciera una ley por la cual todas estas decepciones pudieran ser esquivadas y evitadas de antemano.

TOMÁS MORO - "Utopía" - (1516. Ed. 2016)


Imágenes: Suzanne Jongmans

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