Mírame bien mientras duermo
porque así será mi rostro cuando muera.
Pero entonces,
ya no querrás mirarlo,
ya no querrás mirarme
mientras me sumo a la nada,
mientras me sumo en mi alma
y voy abandonando la carne
que tantos años me acompañara.
Y voy emprendiendo el vuelo,
postrero,
como blanca llamarada.
Y acudo a la llamada
de todos mis yoes anteriores.
Y asisto a una nueva infancia
desterrado de esta tierra.
No sé si volveré a visitarla...
Imágenes: Alexandre Sulimov
24/05/2015
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