Queremos engañar a la muerte.
A toda costa, queremos engañarla.
Queremos engañar al tiempo,
queremos engañarlo a toda costa.
Queremos engañar a la enfermedad,
a toda costa queremos engañarla.
Pero el tiempo pasa y pesa
y llega la enfermedad
y nos aprieta
con sus pinzas de cangrejo fenomenal.
Y luego, llega la muerte
y no sabemos lo que pasará.
Los que se quedan
lloran, se apenan.
Pero tres días
y qué fastidio.
Los que se van
(los que nos vamos,
los que nos iremos),
no sabemos...
Y ahí llega el miedo
con su capa negra de incertidumbre.
Y también queremos engañarlo...
Pero no podemos.
Imágenes: Alberto Pancorbo
22/03/2016
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