Y yo, aparte
y apartado de ti.
Y equivocado
invariablemente
lunático y atroz.
Y feroz,
diciéndote lo que siento.
Y sintiendo que te pierdo,
y sintiéndome marchar
escaleras abajo,
hasta el final,
hasta el fin del abismo,
demencial, demente.
De mente rota y fundida
y difusa y perdida
y rota una vez más.
Permanentemente perdido
entre mis propias manos
y mis pensamientos más sarcásticos.
Acompañándote en el adiós,
para siempre,
para nunca,
¿para qué?
Imágenes: George Redhawk
07/05/2014
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