Por razones que
desconozco
llegué a este planeta
noble.
Elegí para nacer
a una familia humilde
pero con inquietudes.
Mi padre me fue
arrancado
cuando más falta me
hacía:
sólo tenía doce años.
Mis hermanos me
ayudaron
(yo era el más
pequeño)
y mi madre, buena pero
sin letras,
hizo todo lo que pudo
y sufrió con mi
adolescencia.
Me metí en cuevas
oscuras
y me perdí en sus
recovecos
por razones que no
vienen a cuento.
Salir fue un trabajo
ímprobo
de años, decepciones e
incongruencias.
A veces, regreso a
ellas:
aturdido, desorientado,
desencajado.
Sólo sus umbrales me
derrotan
y nado contra corriente
para volver a la luz,
por razones que ahora
no importan.
Y aquí me mantengo
varado,
aunque mi espíritu
vuele libre
por mundos bellos e
ignotos,
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