Lo mío no es
crear belleza.
Lo mío es
aderezar
esta fuerza
que me corroe.
No se trata
de crear belleza.
Se trata
de discutir con ella.
De apostar
por la más fea
pero que sea
la que más sorprenda.
¡Sorpresa, sorpresa!
Libérate de tu
delicadeza
y acude a llenar mi
cabeza
de fantasías aseadas,
animadas
y descortezadas.
Que sea como
corresponde
sobre la brisa
alterada.
Otra más me responde
y se convierte en mi
amada.
Leyendas tercas
que esconden
la miseria
desenfrenada:
los misterios rotos,
remotos...
Esplendoroso
el ardor de la batalla.
Batalla estética
que lanza
tremendos gritos,
fenomenales trampas.
Audaces sonidos
que se rompen
si se proclaman.
Los árboles
enemistados
sucumben a tus miradas.
Déspota del amor
no juegues más con tu alma.
Ármate de valor
y valora el derrame:
la sangre se te escapa,
se derrama
por tus sienes amargas.
Defiende tu postura
y aclara tu garganta.
Lo mío no es
crear belleza,
es presentar
las estampas,
las malditas estampas.
Presentar
las credenciales
para eludir la batalla.
Apuesta por tus
palabras
y deja que salgan,
que inunden la estratosfera.
Esas son tus armas
y no pueden superarlas.
Imágenes: Kyle Thompson
10-05-08
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