Me he pasado toda la
noche
deseándote.
Deseando ser tu cobijo,
tu ritmo acompasado
y besar estrellas en
tus manos
y enjugar tus lágrimas
dulces
con el rumor de mi
cántico.
Deseando tu aroma sano
de vainillas y de
clavos,
penetrando en mi
cerebro
con suavidad de
remanso.
Me he pasado toda la
noche
deseando que el tiempo
borre
las heridas de su
rastro
y que el amanecer se
lleve
las dudas y los
fracasos.
Me he pasado toda la
noche
ardiendo
de ímpetus refrenados,
silenciando las
hogueras
que el miedo encendió a su paso.
Imágenes: Yvonne Jeanette Karlsen
18/09/2010