Combinas las palabras
de mil maneras
truculénticas
esperpénticas.
Y nada dices,
no dices nada;
y te desdices,
te contradices,
y crees que creas,
mas sólo en tu alma
buceas.
.
.
.
.
Solo.
Allí no hay nadie,
sólo palabras
y sólo tú solo
con tus palabras
y con la soga al
cuello:
esperando que se
encienda una luz,
a contraluz,
un tragaluz,
un trolebús
de vocablos iluminados,
paradójicos,
amazónicos,
transtelefónicos.
Pero,
no digas nada.
Todo está dicho
sin palabras.
Imágenes: Amandine Van Ray
24/07/2010.
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