-¿Dónde te atrapó el miedo?
-En la larga recta de una carretera.
O tal vez...
En un callejón,
a la salida de una discoteca.
O una madrugada,
en una plaza de toros,
con música de un concierto de Triana.
O en otra carretera,
conduciendo de noche,
con el coche atestado de "colegas",
unas botellas de whisky
y unos petas.
-¿Cuándo te encontró el miedo?
-Era muy pequeño,
tanto que me agarraba
a las faldas de mi madre,
aún lo recuerdo.
O tal vez...
Cuando ya pensaba que estaba de vuelta,
que era el que mandaba,
el que partía el bacalao,
el baranda de la fiesta.
-¿Cómo te aturdió el miedo?
Me arrasó de fuera a dentro,
de dentro a fuera;
me lavó el cerebro
y me lo escurrió
y lo tendió al sol,
descolorido,
encogido,
seco.
Me privó de tanto...
Me venció
y me aplastó,
me pisoteó
como a una vieja esterilla.
¿Alguna pregunta más?
No, basta con eso;
al menos por hoy.
Ya tengo bastantes datos
para escribir una historia de ira y terror.
Imágenes: Eric Drigny.
01/07/2016